Cueva de San Cristóbal 2013

 Domingo 24 de Marzo de 2013

Después de ascender la dura senda hasta la entrada de la cueva, y tomar un poco de aire, preparamos las linternas, nos pusimos la ropa apropiada y nos adentramos descendiendo por la rampa de entrada. Se trata de una rampa de altura muy baja en la que hay que arrastrarse y descender una distancia de aproximadamente 20 metros hasta desembocar en la primera galería (1), en la que nos pusimos de pie y comenzamos la exploración. Esta galería no es muy grande y lo más peculiar son las raíces que cuelgan del techo y una sima no muy profunda en la que se puede descender sin cuerda a un piso inferior.

Antes de adentrarnos por el «tubo de presión» hasta la «Sala del Patato» accedimos a otra galería casi paralela (2), de acceso un poco incomodo y que se comunica también con la “Sala del Patato”. Esta galería es estrecha y de baja altura, pero lo más espectacular es que desde ahí podemos divisar una grieta profunda, por la que más tarde pasaremos y ascenderemos casi escalando para salir de la cueva.

RECORRIDO

Retrocedimos a la primera galería y nos adentramos en el «tubo de presión» (3). Esta es una de las partes que más impresiona al visitante la primera vez que entra. Este túnel no tiene más de dos metros de altura y 90 cm de ancho por unos 6-8 metros de largo, pero lo espectacular son sus paredes lisas y el techo abovedado que da la sensación de estar excavado por la mano del hombre.

Del tubo de presión pasamos a la «Sala del Patato» (4), una galería muy grande y alta en la que se encuentran bastantes formaciones y alguno derrubios. Caminando por su parte izquierda recorrimos toda la sala por su parte inferior dejando el resto, más elevado, para explorar a la vuelta. Dimos un giro casi en ángulo recto en la «Sala Grande» (5) fijándonos en sus espectaculares formaciones en el techo y paredes para acceder a la parte más profunda de la cueva.

Para recorrer esta última parte de la cueva (6) descendimos con mucho cuidado de nuevo por una galería con un suelo muy irregular. Una vez que vamos descendiendo, vemos que la galería se expande a ambos lados. En la parte central destaca una gran columna, en la parte izquierda después de subir a un pequeño balcón podemos ver una sima de unos 3-4 metros de profundidad sin salida, y la parte derecha de la galería da paso a otra más pequeña en la que hay que entrar agachado por su baja altura y en la que alguien parece que dejó olvidado un pequeño belén en navidad. Unas marcas a unos 40 cm de altura indican que esta parte ha estado inundada con agua durante mucho tiempo.

Retrocedimos de nuevo ascendiendo hasta la sala grande, pero esta vez caminamos con cuidado por la parte alta de la sala, ya que hay mucho barro y una pendiente muy pronunciada. Desde aquí descendimos en dos grupos separados con cuidado a una sala pequeña (7) pero muy alta, en la que vuelve a comunicarse con la sala grande, no sin antes arrastrarse otra vez ascendiendo primero por una rampa muy inclinada y posteriormente por un pequeño túnel con el suelo muy rocoso causado por los derrumbamientos del techo.

De nuevo en la sala grande comenzamos descendiendo por una zona un poco mas incómoda de transitar (8), ya que de nuevo hay que arrastrase debido a que el techo es muy bajo en algunas zonas y esquivar grandes rocas y otros obstáculos que nos pone la cueva. El suelo en esta parte estaba muy embarrado y con muchos charcos debido al mes de lluvias intensas que pasamos. Una vez superada esta última parte, caminamos por una estrecha galería inclinada (9) en la que el techo va descendiendo progresivamente hasta el punto de tener que agacharse y que parece no tener salida, pero un camino casi oculto nos deja girar a la derecha por un hueco que comunica con una estrecha grieta (10). Esta grieta es la que divisamos al principio desde la sala (2) y por la que ascendimos casi escalando hasta otra galería de la cueva (11), que discurre paralela a la primera sala, y da acceso a la rampa por la que hemos descendido al interior de la cueva al principio.
Ya desde aquí algunos iniciaron el ascenso por la rampa para salir de la cueva y algunos descendimos por la sima situada junto al tubo de presión. Esta sima da acceso a tres galerías muy pequeñas y comunicadas entre sí, y que no tienen salida.
Una vez fuera de la cueva solo quedaba recuperar fuerzas con un buen almuerzo y descender la senda hasta Arganza.

Deja un comentario