CLUB DE MONTAÑA
Por Oscar Puerta.
Al final me he decidido. Os voy a contar mi primera gran experiencia con las carreras de Ultratrail. Mi primera de 100. Después del primer intento fallido en la de Barcelona, ahora me alegro de poder ser finisher de la elegida en esta ocasión, una de las carreras de Ultratrail de mayor fama en la península, La Cavalls del Vent. Una carrera que llevaba un par de años intentando participar y el sorteo no me lo permitió. Ésta vez la inscripción fue en grupo y aunque éramos cuatro los afortunados (Guille, Dani, Jacob y yo) al final solo pudimos ir los últimos tres.
Para quién no me conozca igual le sorprende y piensa que estoy loco, tal vez sea así, de hecho esto es un poco locura. No suele ser habitual que la gente se pase horas y horas en la montaña. A mi me encanta.
Viernes 20 de Septiembre.
Jacob y yo salimos de Sant Boi por la tarde, a eso de las cinco, para llegar a Bagà a recoger los dorsales. La entrada nos pone la piel de gallina, un enorme cartel nos da la bienvenida en un montón de idiomas. Aparcamos y vamos al pabellón polideportivo. Está lleno de gente, la población de Bagà se ha triplicado. Nos ponemos la pulsera de participantes, que no nos podemos quitar hasta una vez finalizada la carrera. ¿Y el dorsal? Rarísimo, el perfil de la prueba al revés, falta de experiencia, era la primera vez. Tiene su lógica y en la carrera me vino de maravilla porque de un vistazo ves por donde vas y lo que te queda. Una gran ayuda para la cabeza.
Cuando ya lo tenemos todo, foto para enviar a todas aquellas personas que llevan sufriendo la carrera mucho tiempo y no pueden venir a darnos su calor. Dejamos las cosas en el coche y damos un paseo por las calles de Bagà para liberar tensiones.
El pueblo es precioso, vestido de gala para la ocasión. Casas de piedra, callejuelas estrechas y llenas de gente vestida con ropa de montaña que le da un colorido especial, iluminado todo por el color cálido de sus farolas. Vamos andando junto a Luis Alberto Hernando y su familia, uno más. El arco de llegada que mañana habrá que intentar cruzar. La plaza del pueblo con sus soportales, donde está la salida. Nos encontramos a Miguel Heras en un bar. No dejo de alucinar, Jacob y yo estamos emocionados. Tocaba escuchar las palabras de los expertos y organizadores de la carrera, el briefing que se llama, para acabarnos de poner la adrenalina por las nubes, por si no lo estaba ya. Los pelos de punta. ¿Pero dónde me he metido? Es hora de ir a Montellà, va siendo tarde y hay que cenar y descansar.
La casa rural de cuento de hadas, una pasada. Mucho lujo para disfrutarla tan poco. Hacemos la pasta y ultimamos las mochilas para dejarlo listo para mañana.
Sábado 21 de Septiembre.
Llegaba la hora. Madrugón, desayuno ultrarunner y caminito a Bagà de nuevo en coche. Aparcamos bien y pronto. Vamos con tiempo para los últimos retoques de las mochilas y demás, pero hace un frío que pela, nos quedamos un poco más en el coche apurando.
Estamos de los nervios y nos vamos a la plaza, donde es la salida. Llamamos a la tercera pata del banco. Dani nos estaba esperando en los soportales para pasar el control de material. La plaza a reventar, casi mil locas y locos como yo, que se dice pronto. Suena la canción de “El último Mohicano”. Alea iacta est!! Ja no hay vuelta atrás. Que pasada de salida!!! No se puede correr de la gente que hay. Andamos por una callejuelilla hasta que empezamos a trotar. La primera consigna era clara. Hay mucha congestión en la parte inicial y hay que salir muy rápido por las calles del pueblo para evitarlo. Lo hacemos pero al salir de Bagà empezamos el primer tramo de ascensión y nos va calmando la tensión. Aunque vamos juntos, con tantísima gente y algún embudo nos perdemos de vista. Me quedo solo. Aprieto un poco más para cogerlos y el ritmo es muy alto pensando que quedan casi 100 km. Mal entendido que por suerte no fue a mayores. Me tocó esperar unos cinco minutos en el primer avituallamiento pero ya está. Descansé y disfruté de las vistas y del amanecer con un Pedraforca espléndido presidiendo la carrera.
Refugio del Rebost, 8,4 Km y por fin nos volvemos a juntar. Qué ilusión! Llegan sonrientes, parece que no nos vemos en siglos. Esta primera parte es un poco dura, todavía nos falta otro tramo de subida pero ahora vamos los tres más relajados aunque a un ritmo rápido para mi y los entrenamientos que llevaba. De momento aguanto y voy disfrutando, los paisajes son espectaculares, me permito el lujo de ir cogiendo el móvil para sacar alguna foto del momento. Llegamos al segundo avituallamiento, segundo refugio. Niu de l´Àliga, ya van 14 Km y hemos hecho 2.000 metros de desnivel positivo en 2 horas y 43 minutos. Estoy disfrutando mucho de la carrera.
Empezaba un tramo de bajada hasta el siguiente control. Había momentos que tuvimos que coger una cuerda fija para bajar, increíble. Serrat de les Esposes, kilómetro 29 y seguimos juntos aunque en este tramo Dani empieza a sentir calambres y molestias y afloja un poco el ritmo. Jacob y yo seguimos igual aunque yo también iba sufriendo mucho.
A duras penas llegué a Bellver, llevamos 40 km en unas 6 horas. Hemos venido muy fuerte para mi. Éste es el falso ecuador de la carrera dónde nos esperaban unos platos de pasta para reponer fuerzas. Las sensaciones no son muy buenas, Jacob va muy bien pero yo voy sufriendo mucho, no puedo ni comer. Ya no tengo ganas ni de hacer fotos, hago una última al avituallamiento.
Al poco rato de estar allí llega Dani, se ha recuperado y comemos juntos. Ellos ya están listos pero yo necesito más tiempo. Que sorpresa!!! Un amigo más. También ha venido Xavi a vernos. Nos cambiamos de ropa y salimos despacio, Xavi nos acompaña caminando un poco y nos da ánimos para continuar. Nos reímos un rato, que falta nos hacía, y seguimos. Me ha venido bien la parada y la energía que nos ha dado Xavi. Es la hora que más calor hace y acabamos de comer, así que la digestión hay que hacerla bien, además ahora tenemos una subida importante.
Dani se vuelve a quedar. No se acaba de encontrar bien. Jacob y yo le esperamos en el siguiente control, Refugio de Cortals de l’Ingla. Éste si que es la verdadera mitad de la carrera, 50 Km, llevamos casi 8 horas y media. A partir de ahora hay que empezar a contar al revés, no lo que llevamos sino lo que nos queda, vamos que no hay que sumar sino restar. Qué gran frase me dijo Jacob. Al principio no lo entendía pero conforme pasan los kilómetros vi que tenía razón. Vas engañando a tu cabeza con eso. Qué cosas tiene el ser humano.
Tenemos unas sensaciones parecidas al primer intento fallido de Barcelona. Nos ponemos un poco nerviosos, vuelven los fantasmas. Si nos quedamos más no la acabamos ninguno. Cada uno a su ritmo, es una pena pero es difícil encontrar un ritmo común en una carrera tan larga y que además sea exitoso para todos. Dani necesita parar un poco más en el avituallamiento a recuperar, Jacob y yo salimos juntos, aunque yo también voy algo tocadete y le digo que se vaya. Él no quiere pero le veo que me espera y voy sufriendo más. Se lo pido por favor y al final, poco a poco se va marchando y me va dejando. Tengo la sensación que ahora comienza la verdadera Cavalls del Vent. Ya la he disfrutado, ahora toca sufrirla.
Cojo mi ritmo y llego algo mejor al refugio de Prats d’Aguiló. Jacob ha pasado hace 10 minutos, tampoco me lleva tanto pero yo necesito descansar. Me siento un rato a comer unos frutos secos, me llenan la camel back, disfruto de las vistas, mando unos whatsapps informativos y me intento animar pensando que ya hemos hecho más de la mitad de kilómetros, 60.
Es el momento de desconectar un poco y ponerme música para ir más distraído. Subida potente típica de alta montaña haciendo zetas de piedras hasta el Pas dels Gasolans, que subo despacio pero bastante bien para lo que llevamos. Después praderita para correr y bajada por pista hasta el refugio de Estasen. La música me viene bien, voy cantando, sigo el ritmo con mis zancadas y cada vez la cabeza está más segura de que la voy a acabar.
Llevo casi 13 horas subiendo y bajando montañas, es la hora de la cena. Otro platito de pasta y me cambio de ropa otra vez. La cámara araña se pone delante y empieza a grabar, no sé si porque me está viendo destrozado o porque estoy acurrucado comiéndome la pasta. Empieza a anochecer y hace frío. Me voy rápido que empiezo a tiritar. Enciendo el frontal y a por el siguiente control.
Bajada muy rápida. Me estoy quedando sin batería en el móvil y en las piernas, menos mal que la música aún aguanta. Sólo hay 4 kilómetros hasta el refugio de Gresolet. Nos plantamos en el kilómetro 74, o sea que para mi cabeza queda un poco más de una media maratón, algo más que una roca negra. Me vengo arriba. Me acuerdo de esos Sant Ramones y rocas negras que hago con mis compis. Si no desfallezco, lo voy a conseguir, aunque quedaban un par de repechos importantes.
Me pesan mucho las piernas, voy muy despacio pero voy que es lo importante. La cabeza intenta distraerse de la pregunta que me ronda la cabeza: ¿qué hago aquí? Me vienen muchos recuerdos mientras escucho la música. Recuerdos que me dan fuerzas para seguir subiendo. La cantidad de gente que se te puede pasar por la cabeza en esta carrera es increíble. Gente que te quiere y que intentas engañar a tú cabeza diciéndole que lo haces por esas personas, aunque no es así. Es por mi.
Cojo ritmo Gavetes, me vienen los momentos Trailwalker vividos. Tras coronar empezaba la bajada hasta la ermita de Sant Martí en la que fui recuperando algo, pero se me hizo interminable. Me quedé sin agua y tuve que parar en una fuente.
Ya en la ermita me llenaron el camel back. Estamos en el 83 poco más de 15 km para el final. En este tramo por poco me pierdo. Es el conocido como Els Empedrats. Piedras gigantes que hay que ir subiendo medio escalando en algunos tramos. De día tiene que ser precioso porque de noche es espectacular. Cruzaba a lado y lado del torrente. De vez en cuando levantaba la vista para descubrir con el frontal las enormes paredes que había. Qué grandes son y qué pequeño soy yo. De repente, se escucha algún aullido. Que sensación más bonita. Estar solo, subiendo por esas rocas, miedo por perderme, miedo por los lobos. Por momentos me siento un indio con las flechas a la espalda, se me va la pinza, pero me viene bien.
Domingo 22 Septiembre.
Sigo subiendo y por fin llego al último refugio, el de Sant Jordi. Kilómetro 88, faltan algo más de 10. Son las doce de la noche, llevo algo más de diecisiete horas. Al llegar al refugio apenas puedo comer un gajo de naranja y unos frutos secos. Los de protección civil no dejan de mirarme. Debo llevar mala cara, yo también me lo noto. Me siento un buen rato, tengo que recuperar para poder terminar. Me levanto a por algo dulce, un par de croissants de chocolate a ver si me entran. Se me cae el frontal y no me entero, me lo encuentran los del control, menos mal. Me cuesta comerme el croissant, me obligo y van para dentro los dos. Me están sentando bien, aunque me estoy quedando frío. Vuelvo a mirar el perfil del mapa y vuelvo a la carrera. Falta una bajada de unos dos o tres kilómetros y llegamos a la barrera de los 90.
El último repechón de un par de kilómetros se me vuelve a atragantar pero es ya el último. Todo lo que queda es bajada. Ahora si que lo veo, empiezo a ver que tengo piernas para este tramo final. Bajo como un tiro, yo creo que puedo aguantar este ritmo todos los kilómetros. Voy muy fuerte, voy pasando a todos los que me adelantaban en la subida. Deben estar flipando ya que hacía un rato me han pasado cuando iba muerto pero ahora he resucitado. No las he contado pero puede que haya adelantado a unas veinte personas. No me he llegado a poner a 3:30 pero la sensación es de 4:30. Me estoy sintiendo poderoso, cada vez más. No me aguanta nadie el ritmo. Aún y así voy animando y felicitando a todos los valientes que adelanto y ellos a mi. Lo hemos conseguido. Ahora si que está claro.
Veo las luces a lo lejos de Bagà, no debe quedar mucho. Empieza la carretera y mantengo, el asfalto me viene bien ahora. Veo el punto kilométrico de 2 km al pueblo por carretera. Aprieto un poco más. No era real, justo después cogemos un desvío. Faltan tres!!! Un mazazo!!! Un kilómetro más que a estas alturas me parecen veinte. Voy muy fuerte, así no llego. Aflojo un poco aunque no me pasa nadie. Llegan unos sube y baja mortales en el kilómetro 98 cuando parecía todo bajada. Ya decía yo que no podía ser tan fácil. Me cuesta este tramo porque voy muy rápido y no quiero aflojar.
Carretera de nuevo!!! Por fin, esta si que es la entrada a Bagà cojo al de delante y le felicito, le doy la enhorabuena, estoy exultante. Hablamos. No le voy a adelantar. Tengo una sonrisa de oreja a oreja. Empiezo a llorar. Aún quedaban las últimas rampas por el pueblo y unas bajadas por unas escaleras que parecían que tenían clavos. Las piernas ya no daban para mucho más. En la curva antes de llegar había mucha gente, y ellos me están esperando, Dani y Jacob con sus familias. Les agradezco que me esperen. Me paro. Me sorprende ver a Dani pero les felicito a los dos, a Jacob por acabar un par de horas antes que yo y a Dani por su decisión más que acertada. Son las dos de la mañana y después de casi 19 horas paso por el arco de meta y… siiiiiii!!! Soy FINISHER de la Cavalls del Vent!!! Mi primera de 100 y mis primeros tres puntos.
Recogemos las mochilas, bebo un poco de agua y me como un par de croissants de esos de chocolate que tan bien me han venido, a modo de homenaje. No me acuerdo del dolor en las piernas hasta que se empiezan a enfriar y nos acercamos al coche. Jacob y yo parecíamos Robocop.
Durante la carrera se me han pasado muchas cosas por la cabeza. Tienes muchos momentos de bajón, que contrarrestan con los de subidón. Y por esos momentos de recobrar el aliento, merece la pena, pero además me gustaría agradecer a tod@s l@s que me han apoyado para conseguir esto que hace unos años creía que era impensable plantearme y ahora lo he podido hacer. Toda esta gente que se me ha pasado por la cabeza y que no hace falta que ponga sus nombres aquí porque ya lo saben. Ha sido una ultraexperiencia ultrainolvidable. GRACIAS
¡Ultracrónica crack! Muchas felicidades por lo conseguido y muchas gracias por compartir kms. tus vivencias y emociones con nosotros de esta forma tan especial. ¡Un abrazo!
buf!sin palabras,emocionada es poco,siempre has sido mi apoyo y mi ejemplo a seguir,eres increible y me siento orgullosisima de tenerte como tete..t’estimo envàs 😛
felicidades oscar, después de haber leído tu experiencia tan bien narrada en la que me has hecho sentir que casi la estaba corriendo y disfrutando yo mismo, animarte a que aparte de seguir corriendo nos sigas deleitando con tu lectura, y no te piques a tantos kms, que ya he visto que al mes siguiente has hecho otra…
Y vosotros pensabais que yo estaba de la chota cuando voy corriendo con la cámara de fotos.!